Quedan días de verano…

GENTE ENCANTADORA

Carlos V.

He pasado unas semanas fuera de mis costumbres y horario habituales. Las vacaciones estivales y los condicionantes familiares imponen un modo de vida distinto al de las otras estaciones. Yo llevaba ya un tiempo sin hacer mi recorrido habitual en el parque. Los circuitos que indican las distintas opciones de actividad física los había abandonado. Y me hacía ilusión encontrarme con las personas a las que estaba habituado a saludar aunque solo fuera con una palabra o un gesto cordial.

A veces, aunque sin saludo explícito, estoy seguro que pensamos en nuestro interior…¡ah, mira el de las zapatillas rojas, se ha cortado el pelo!, ¡anda, si también ha vuelto el de la coleta, tiene mucho mejor aspecto!, ¡mira, qué moreno ha vuelto el de la cinta!…

Yo sigo con mi suave carrera al mismo tiempo que voy observando a mi alrededor. El parque está limpio y los árboles y plantas no pueden tener mejor aspecto. También, a estas horas, la temperatura es ideal. Hasta se percibe el suave olor de las coníferas. El silencio permite oír el ruido de las pisadas y el agitado vuelo de los pajarillos entre los árboles.

Ahora veo por delante de mí a una señorita preciosa, aunque solo la veo de espaldas. Andando como lo hace ella, tiene que ser guapísima. Va de paseo con su pequeño foxterrier y pendiente del simpático perrito.

Al llegar a su lado decido dejar la carrera y empezar a caminar. No sé si hubiera terminado la carrera de no haber visto a la señorita de paseo, pero Sigue leyendo